Gestión documental
Qué hacer frente una demanda laboral
Una demanda laboral puede presentarse de formas diferentes y en cualquier momento. Te explicamos los tipos más comunes y a cómo gestionarlas.
Gestión documental
Una demanda laboral puede presentarse de formas diferentes y en cualquier momento. Te explicamos los tipos más comunes y a cómo gestionarlas.
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Mireya Ruiz
HR Consultant
26 de agosto, 2022
Todas las empresas tienen que enfrentarse a una demanda laboral en algún momento. El grado de preparación para afrontarlas varía mucho, pero hay muchas formas de mejorar la capacidad de su empresa para reaccionar ante estas situaciones antes de que se produzcan.
Incluso con buenas prácticas, beneficios atractivos y preocupación por la calidad de vida de los empleados, las empresas correrán constantemente el riesgo de recibir una demanda laboral.
Por otro lado, si son malas organizaciones que violan constantemente los derechos de sus empleados, seguramente sabrán mucho de quejas y demandas.
Las demandas laborales que no se gestionan como corresponde pueden acarrear diversas consecuencias, como el cierre de la empresa, pérdidas económicas y la pérdida de fidelidad de los clientes.
Por ello, es importante que la organización esté preparada para cualquier eventualidad que pueda surgir con los empleados.
La mayoría de las acciones legales que dan lugar a una demanda están relacionadas con el trabajo. Éstas pueden presentarse de muchas formas diferentes y en cualquier momento, pero vamos a centrarnos en los tipos de demandas laborales más comunes con los que te puedes encontrar.
Si el trabajador no acepta el despido, tiene un plazo de 20 días hábiles para presentar una papeleta de conciliación en el Juzgado de lo Social.
Si no se llega a un acuerdo en el SMAC, entonces es necesario presentar la correspondiente demanda laboral.
Esta reclamación de horas extras se plantea en el caso de que el trabajador haya empleado más de la jornada máxima establecida en el convenio colectivo o contrato de trabajo aplicable y no se haya llegado a un acuerdo.
Para iniciar este proceso judicial, el empleado presentará una reclamación de compensación de horas extras impagadas con la conciliación de la cuantía y, en el caso de que no se haya llegado a un acuerdo, una demanda contra el empleador en los tribunales laborales.
Los empleados que sean víctimas de acoso laboral o discriminación grave pueden solicitar en el Juzgado de lo Social la rescisión de su contrato de trabajo y exigir una indemnización económica adicional en concepto de daños y perjuicios.
En este caso, se trata de las diferencias salariales que el empleado debería haber tenido por las funciones realmente realizadas al ser superiores.
El trabajador puede tener una reclamación de clasificación profesional cuando el empresario le encomienda funciones superiores a las que realizan los miembros del mismo grupo profesional y, por tanto, remuneradas según el convenio colectivo.
El trabajador dispone de 20 días hábiles para impugnar la sanción, pudiendo hacerlo mediante conciliación previa (SMAC) y posterior demanda ante los tribunales, en caso de no llegar a un acuerdo.
El empresario puede modificar las condiciones de trabajo, incluida la jornada laboral, la distribución del tiempo y el horario, el régimen de trabajo, las restricciones del tiempo de trabajo y los sistemas de rendimiento.
El trabajador debe estar de acuerdo con estos cambios o, de lo contrario, dispone de 20 días para impugnar la decisión.
Cumplir la ley y tomar las medidas necesarias al llevar a cabo el despido de un empleado no es una tarea trivial ni sencilla. Requiere establecer objetivos claros, definir los motivos del despido, comunicarse con la persona implicada y su representante sindical de forma adecuada, y asegurarse de que se siguen correctamente todos los procedimientos legales.
En caso de que una empresa se enfrente a algún problema legal, debe buscar un abogado cualificado de inmediato. Además, hay que tener en cuenta que no se puede despedir a un empleado por presentar una demanda contra la empresa.
La empresa puede y debe actuar para defenderse ante una demanda laboral o acudir al arbitraje si el asunto no se ha podido resolver.
Así, el primer paso para afrontar la demanda laboral será recopilar toda la documentación que sustentará su defensa:
1) Contratos.
2) Comprobantes salariales.
3) Justificantes de pago de cuotas y prestaciones de la Seguridad Social.
4) Salarios o ingresos emitidos.
5) Datos personales y certificaciones.
6) Recibos de nómina.
7) Registros de asistencia.
8) Registros administrativos.
9) Cotizaciones del empresario.
Una vez resuelta la demanda laboral, examina detenidamente el funcionamiento de la empresa y el entorno en el que trabaja.
Revisa los motivos de la demanda para tomar las medidas necesarias para evitar que se repita. Piense en su negocio a largo plazo.
Aunque en ningún momento haya hecho nada malo, vale la pena hacer algunos ajustes para minimizar todo tipo de riesgos.
Cuando se presenta una demanda laboral, el empresario suele tener un par de opciones a su disposición. La primera opción es aceptar la demanda del empleado. En este caso, si es aceptada por el tribunal, la demanda será aceptada y el empleado recibirá la indemnización correspondiente.
Tiene otra opción: rechazar la demanda y presentar pruebas a su favor. Se envía una notificación al demandante con la respuesta y pruebas. El trabajador tendrá 10 días para comentar las pruebas u ofrecer otras, tras lo cual un árbitro o un juez tomará una decisión.
En caso de tener que enfrentarse a una demanda laboral, lo mejor es estar informado. Para ello, es vital contar con herramientas que permitan tener toda la documentación que respalde a tu empresa.
Para tener todas las pruebas a mano, es necesario digitalizar la información de los empleados, los contratos y otros aspectos relacionados con la gestión de los recursos humanos. Y esto es precisamente lo que ofrece el software de RRHH de Sesame HR. Solicita una demo gratuita durante 14 días.
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