Gestión de equipos
Cómo crear una política de formación de empleados firme
¿Aún no estás trabajando en la política de formación en la empresa? Te contamos todas sus ventajas para que pases a la acción. ¡Léenos!
Gestión de equipos
¿Aún no estás trabajando en la política de formación en la empresa? Te contamos todas sus ventajas para que pases a la acción. ¡Léenos!
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Mireya Ruiz
HR Consultant
24 de enero, 2025
La política de formación en la empresa tiene que ser uno de los pilares fundamentales de la misma. La gestión de la formación de los trabajadores es vital para que puedan evolucionar, ascender y, además, adaptarse a los continuos cambios que está experimentado el mercado laboral.
En este artículo te vamos a explicar en qué consiste la política de formación en una compañía. Así como la importancia de establecerla y continuarla y, además, qué normas se recogen en la misma. ¡Sigue leyendo!
La política de formación en la empresa se puede definir como el conjunto de acciones y estrategias cuyo objetivo es actualizar, reciclar y renovar las competencias de la plantilla.
El fin último de esta política es ahorrar tiempo y costes económicos, así como ganar en productividad.
La pandemia que se originó en 2020 destapó las debilidades de trabajadores y empresas y, además, alumbró un mundo nuevo.
Un tiempo en el que la incertidumbre es la pauta que está marcando nuestra época. Ya que tras esta crisis, se inició la guerra de Ucrania y un escenario de inestabilidad internacional. Situación que está provocando fuertes turbulencias en todos los ámbitos.
Los escenarios que estamos viviendo requieren de empresas preparadas y fuertes, por lo tanto, los trabajadores también tienen que estarlo.
Por ello, la política de formación en la empresa es clave para afrontar el presente y el futuro. Es decir, para tener a una plantilla organizada y competitiva frente a los retos.
Las principales metas de una política de formación en la empresa son las siguientes:
Las organizaciones han ido de forma paulatina elaborando la política de formación en la empresa.
Esto es así debido a las numerosas ventajas y beneficios que reporta, tanto a la empresa como a los trabajadores.
En primer lugar, si la plantilla está correctamente formada, ejecutará sus funciones de una forma muy eficiente. Por lo tanto, los productos y servicios serán de mayor calidad.
En segundo lugar, una plantilla de trabajadores formada y preparada hará que la empresa sea un referente en el sector de su actividad económica. Y, por consiguiente, consigue un alto nivel de crecimiento.
En tercer lugar, la empresa que dispone de un plan de carrera se convierte en una opción prioritaria para las personas que buscan empleo. Es decir, será una empresa que atrae el talento.
Los empleados que disfrutan de una política de formación en la empresa tienen las siguientes ventajas:
Un plan formativo ha de recoger una serie de normas por las cuales se regirá la misma (procedimiento, requisitos, formato, etc.).
Es una norma interna más de la empresa y, por lo tanto, de obligado cumplimiento para todas las áreas que estén involucradas en este proceso.
A continuación, te explicamos las normas más relevantes de una política de formación en la empresa correcta.
Hay numerosos ejemplos de formación en empresas que se pueden englobar en la política de formación en la empresa. No obstante, la mayoría de ellos se encuadra en los siguientes grupos:
La norma que recoja la política de formación en la empresa tiene que establecer el proceso de principio a fin. Todo para que los trabajadores puedan optar a ella:
¿Tienes una política de formación en la empresa? Si no es así te animamos a que elabores una en coordinación con el resto de áreas responsables.
Una de las formas de garantizar el futuro de la organización es comenzar a implantar las tendencias en formación y desarrollo de los empleados. Lo que en inglés se conoce como “L&D” (Learning & Development) debería ayudarnos a crecer en la dirección correcta. Es una cuestión fundamental para mantener motivada a la plantilla, que está directamente relacionada con la cultura corporativa y las necesidades de los trabajadores.
Podemos contar con plataformas de experiencia del aprendizaje que nos ayuden en este sentido. Eso sí, antes de subirnos al carro de la última tendencia deberíamos preguntarnos si se adaptan a nuestra empresa, si son relevantes y cómo podemos medir su éxito. Y esta es, precisamente, una de las tareas del equipo de Recursos Humanos: preocuparse por la formación y el desarrollo de los trabajadores.
Todos sabemos que cada trabajador tiene sus ritmos y necesidades de aprendizaje. Aunque sea más fácil decirlo que hacerlo, la formación individualizada nos ayuda a reforzar individualmente a cada persona. Personalizar los contenidos y formatos es posible si contamos con una plataforma de formación adecuada, mejorando así la experiencia formativa de nuestra plantilla.
La organización cuenta con recursos como las evaluaciones de desempeño que nos permiten encontrar el punto de equilibrio entre las necesidades del empleado y de la empresa. De este modo, la formación personalizada cubre las expectativas individuales de la persona y colectivas de la organización. Pero antes de implantar estas soluciones, tenemos que entender por qué es necesaria la formación individualizada.
Esta formación personalizada no tiene por qué estar reñida con el uso de herramientas de aprendizaje colaborativo. De hecho, la formación colaborativa aporta un plus a la experiencia de aprendizaje. Sin embargo, las empresas no siempre se muestran abiertas a esta posibilidad ya que se cometen dos errores:
Por eso, desde Recursos Humanos los responsables de Formación y Desarrollo deben crear el contexto adecuado para este tipo de formación. Hay que preparar a los formadores y a los alumnos, crear oportunidades formales para captar aprendices y facilitar un espacio para la innovación.
Otra de las tendencias en el mundo de la Formación y Desarrollo es el microaprendizaje. Muchas veces, los directivos de la empresa consideran esta vía como la solución fácil para combinar la formación con el intenso día a día de los trabajadores. Sin embargo, el microaprendizaje debería ser un complemento a la formación convencional, no un modelo formativo propiamente dicho.
Se centra en captar partes más pequeñas del conocimiento, pero no puede tratarse en solitario. Debe formar parte de un algo más grande. El microaprendizaje nos exige una experiencia previa, una reflexión y una conceptualización de lo que se aprende, algo que no siempre es posible en ciclos muy cortos. Eso sí, es muy valioso y puede ser la última parte del proceso de aprendizaje.
Por suerte, las empresas están cada vez más concienciadas sobre la importancia de invertir en la formación del empleado. Crear contenidos es importante, pero una buena plataforma de aprendizaje si es posible integrada en un software de Recursos Humanos como Sesame HR que conozca las necesidades de cada empleado será fundamental para garantizar una buena experiencia durante la formación. Por suerte, cada vez hay más soluciones de este tipo.
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