Leyes laborales
Código de conducta empresarial: normas y prácticas para un ambiente ético
¿Sabes qué es el código de conducta empresarial, por qué es tan importante y cómo implementarlo en tu equipo? Descúbrelo aquí.
Leyes laborales
¿Sabes qué es el código de conducta empresarial, por qué es tan importante y cómo implementarlo en tu equipo? Descúbrelo aquí.
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Miguel Ángel Díaz
HR Consultant
19 de marzo, 2025
El código de conducta empresarial constituye un pilar fundamental en la ética de cualquier organización, siendo una necesidad estratégica en un entorno laboral cada vez más marcado por una creciente exigencia de transparencia.
La implementación efectiva de un código de conducta y un canal de denuncias en la empresa trae consigo numerosos beneficios. Descubre todos ellos en este artículo. ¡Sigue leyendo!
Un código de conducta empresarial es un documento formal que articula los estándares éticos, valores corporativos y comportamientos esperados de todos los integrantes de una organización. Este documento marca directrices claras sobre cómo actuar ante dilemas, situaciones comprometidas o potenciales conflictos de interés.
Se aplica a todos los integrantes de la organización, sin excepciones. Desde el Consejo de Administración hasta el personal temporal o en prácticas, todos deben adherirse a los mismos principios éticos fundamentales.
Los códigos de conducta se enmarcan en diversas legislaciones nacionales e internacionales, como las siguientes:
La implementación de un código de conducta efectivo aporta múltiples beneficios a las organizaciones:
Un código de conducta efectivo debe contener los siguientes elementos:
Todo código de conducta debe cimentarse en los valores corporativos que definen la identidad de la organización. Éstos deben presentar de manera clara comportamientos observables y evaluables. Cada valor debe vincularse con expectativas concretas sobre cómo se manifiesta en el día a día laboral.
Para que sea efectivo no se debe limitar a principios generales, sino que establece directrices concretas para situaciones habituales en el entorno laboral específico de la organización. Estas normas deben abordar aspectos como:
En este apartado deben definirse claramente qué constituye discriminación o acoso, estableciendo una política de tolerancia cero frente a estos comportamientos. Es importante especificar los procedimientos para denunciar incidentes, garantizando protección a quienes los reportan y estableciendo consecuencias claras para los infractores.
El código de conducta debe proporcionar herramientas para identificar potenciales conflictos entre los intereses personales y los de la organización. Además de definir qué constituye un conflicto de interés, debe establecer procedimientos claros para declararlos y gestionarlos adecuadamente, contando con ejemplos concretos y casos prácticos.
Habrá que establecer pautas claras sobre el uso apropiado de los activos organizacionales, incluyendo recursos tangibles (equipos, instalaciones, materiales) e intangibles (tiempo laboral, información confidencial, propiedad intelectual), así como el uso de las TIC y los móviles.
En la era digital, este apartado cobra especial relevancia. El código debe establecer directrices sobre el manejo de información sensible, clasificando los diferentes tipos de datos y estableciendo protocolos específicos para su tratamiento, siempre alineado con la legislación vigente.
Un canal de denuncias es un mecanismo formal que permite a los empleados y otros stakeholders reportar infracciones éticas o legales de manera segura y confidencial. Funciona como una herramienta esencial para el código de conducta, facilitando la detección temprana de comportamientos inapropiados y su correspondiente corrección.
El canal de denuncias es obligatorio para empresas con más de 50 empleados. Para que sea efectivo debe cumplir con ciertas características clave:
Además es esencial para:
El proceso de implantación de un código de conducta tiene los siguientes pasos:
La efectividad de un código de conducta está directamente relacionado con lo identificados que se sientan los trabajadores con él. Con un enfoque participativo, se involucra las diferentes áreas y niveles jerárquicos en su desarrollo, incrementa significativamente las probabilidades de que el documento se perciba como legítimo y relevante.
Este proceso puede articularse mediante:
Una vez desarrollado el código, su comunicación efectiva resulta crucial. Debe presentarse de manera atractiva y accesible, utilizando un lenguaje claro y ejemplos relevantes para los diferentes públicos internos.
La formalización del compromiso individual con el código refuerza su relevancia. Es aconsejable que todos los trabajadores firmen una declaración de adhesión y se renueve periódicamente.
Se recomienda revisar el código de conducta formalmente cada dos años, incorporando lecciones aprendidas, adaptándose a nuevos desafíos éticos y reflejando cambios en el marco normativo.
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