Gestión de equipos
Los 3 estilos de dirección de una empresa que debes conocer
Hay varios estilos de dirección de una empresa. Si te preguntas cuál es la mejor opción, quédate a descubrirlo. ¡Te esperamos en el blog!
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Hay varios estilos de dirección de una empresa. Si te preguntas cuál es la mejor opción, quédate a descubrirlo. ¡Te esperamos en el blog!
¿Necesitas ayuda?
Miguel Ángel Díaz
HR Consultant
12 de enero, 2023
Tener en cuenta los estilos de dirección de una empresa es más importante de lo que piensas. Es más: estos pueden ser la clave del éxito de ese manager que ves como un ejemplo y en el que quieres convertirte.
Ten claro que, si no los estudias y los comprendes, alcanzarlos será prácticamente imposible.
Por eso, desde Sesame HR, hemos decidido mostrártelos. No queremos que sean ningún secreto; y es que tu carrera puede ganar mucha fuerza cuando encuentras el estilo con el que te identificas mejor.
Aunque sigue teniendo su importancia en algunos contextos, es uno de los estilos de dirección de una empresa en desuso. En este, es el jefe el que toma las decisiones sin el menor contacto con el equipo. De él depende todo y no hay nada que importe fuera de su criterio.
Puede ser ventajoso en una situación de crisis. Ten en cuenta que su principal ventaja es que ofrece soluciones y respuestas con una gran rapidez. Sin embargo, dejando este aspecto de lado, el resto son desventajas.
Suele crear equipos desmotivados con una alta rotación de personal. Además, o el director está muy cualificado, o las decisiones, por ser unilaterales, pueden tener poco éxito.
Esta suma de factores, con tantos puntos negativos, es lo que ha llevado a las empresas a descartar a los directivos autoritarios.
En el pasado eran mayoría, pero hoy solo se recurre a ellos cuando hay problemas importantes.
En este apartado te presentamos dos estilos de dirección de una empresa que muchas veces suelen confundirse porque tienen algunos rasgos en común. Pero lo primero es ver cada uno de cerca y valorarlo por sí mismo.
El consultivo es un estilo que tiene mucho que ver con el autoritario. En última instancia, la decisión sobre cualquier asunto corresponde al jefe.
Eso sí, este va a poner en práctica diferentes técnicas de persuasión para convencer a su equipo de la idoneidad del plan creado por él.
Hacer preguntas sobre el mismo, sugerir alguna modificación o dar una mínima autonomía en algunos aspectos de su ejecución son las herramientas para hacer que los miembros del equipo sientan la idea como propia.
Sin embargo, al final, todo parte de la mente del directivo y es responsabilidad suya.
En cambio, el estilo democrático es mucho más abierto. Aquí existen también las consultas como en el anterior, pero son vinculantes al cien por cien. Es decir, antes de tomar una decisión sobre cualquier tema, será el equipo el que la vote y decida qué camino tomar.
El papel del jefe en este es muy diferente al de los dos estilos de dirección de una empresa anteriores. Su trabajo será más el de motivar, asignar funciones en el equipo y definir ciertos límites. Pero es el equipo en su conjunto el que se encarga de las decisiones.
Las ventajas del consultivo son prácticamente las mismas que las del estilo autoritario, a no ser que el jefe sea muy persuasivo.
En cuanto al democrático, es excelente para hacer que los empleados se sientan valorados y aumente su satisfacción laboral. Sin embargo, también se trata de un sistema lento en entornos en los que puedan darse problemas.
Seguimos con los estilos de dirección de una empresa. Tener un líder carismático en un equipo es garantía de éxito. Pero también un riesgo enorme que hay que sopesar adecuadamente. Por eso, este es un estilo de dirección que no todas las empresas valoran bien.
El líder con carisma:
Puede ser eficaz en el trabajo. Identificarse con la figura del jefe es excelente para involucrarse en todo tipo de proyectos y aceptar cargas de trabajo elevadas.
¿El problema? Que se produzca alguna disputa con el directivo que haga que su carisma deje de valorarse. También es un riesgo que el jefe abandone el proyecto por una decisión personal.
Orientar la dirección al cumplimiento de tareas es uno de los caminos más productivos que pueden tomarse. En estos estilos de dirección de una empresa, lo que se hace es crear un entorno de trabajo muy exigente. En el que el proyecto se subdivide en múltiples subtareas que el jefe controla.
Así, la dirección pasa a ser más un diseño de un calendario de ejecución y un estricto control sobre el mismo.
Si el equipo está motivado y el jefe se muestra inflexible en la dirección, los resultados no suelen tardar en aparecer.
Sin embargo, también puede dar algún que otro problema. La dirección basada en el cumplimiento de tareas es rígida y débil frente a los imprevistos.
Tampoco hay que dejar de lado que se corre el riesgo de «quemar» al empleado. Si este no entiende bien el ritmo de trabajo y solo ve a la figura de dirección como un sargento que exprime cada segundo de su jornada laboral, la desmotivación resulta más que probable.
El directivo que asume este riesgo dará autonomía a sus empleados y se preocupará por su bienestar. Es un estilo que bebe del democrático, pero que incluye un componente humano bien valorado por el trabajador.
Si se implementa bien y con los límites adecuados, es bastante efectivo para proyectos concretos y para atraer y retener talento en la empresa.
Pero, como todos, no está para exento de riesgos. El principal problema es que se dé una situación en la que los empleados empiecen a ver al jefe más como una figura amiga, que como un organizador de su trabajo.
En estos casos, la productividad desaparece y, en el caso de querer recuperarla con mano dura, se perderá el contacto entre trabajador y dirección.
¿Te ha servido de ayuda conocer los estilos de dirección de una empresa? Seguro que sí. Aunque lo más difícil es ponerlos en práctica, algo que será mérito tuyo al cien por cien.
Pero, si necesitas saber más, sigue en nuestra sección de recursos. En Sesame HR somos expertos en software de recursos humanos. ¡Y mucho más!
Profesional de 𝐇𝐑 con experiencia dedicado a fomentar 𝐜𝐨𝐦𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐥𝐚𝐛𝐨𝐫𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚𝐬 fuertes entre líderes de RRHH. Como fundador del 𝐇𝐑 𝐂𝐥𝐮𝐛 y la 𝐇𝐑 𝐂𝐨𝐦𝐦𝐮𝐧𝐢𝐭𝐲, utilizo mis más de 15 años de experiencia para mejorar el panorama profesional de los líderes de RRHH.